29.3.09

Adiós Polonia

Desperté y afuera estaba todo cubierto de nieve. Eran las 5 am, pocos minutos después me fue a tocar el del tren. Ya no era el mismo ruso. A las 5.30 llegue a Katowice, de vuelta en Polonia, sentí como si hubiese pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto a Marek desde la ventana del tren a Viena, pero apenas habían pasado cinco días. Estaba oscuro. Baje del tren y fui a comprar mi boleto para Bielsko Biala, y la mujer apenas y me entendió. El tren salia a las 6. Llegó y partí para Bielsko, de nuevo... un poco preocupado, porque había tardado dos días más de lo programado y no sabia cuál era la situación ahí.
Bielsko estaba hundida en la nieve. Para uno que no esta acostumbrado a la nieve, aquello era un pasaje apocalíptico, la nieve me llegaba a arriba de las rodillas y con la maleta de llantitas, los 10 minutos de la estación de tren al teatro se convirtieron en unos 45 minutos. Llegué al teatro a apurarme a terminar los créditos. Los termine a las 10 am, y después fui a dormir un poco. A la hora de la comida hable con Ewa y me dijo todo lo que tenía que cambiar, que era un poco. Todo el jueves me la pase trabajando. Y nada más. Después de las 9 pm, había muchos otros cambios que hacer... No dormiría... pero me quede dormido a eso de las 5. Y no termine. Vi la primer función mientras dejaba haciendo los renders. La primer función era una prueba, la verdadera premiere sería en domingo, aunque yo ya no estaría ahí.





Era Viernes y quede con Marek. Nos veríamos por la tarde para pasar el fin de semana juntos. Tenía que terminar todo para las 4 pm. Y ya iba de gane. A las dos hable con Ewa, estaba contenta, la presentación había sido buena y solo faltaba un poco de ensayo con los actores. La directora del teatro también estaba satisfecha. Le dije a Ewa que me iría por la noche a Kraków con Marek y de ahí nos iríamos a Varsovia. La noticia la sacó un poco de onda, y me invitó a comer, donde platicamos de toda la experiencia, me regalo unos chocolates al igual que Mariska quien me dio galletas de gengibre cubiertas de chocolate.



A las 5 de la tarde llegó Marek. Fuimos al teatro, me acompaño a guardar mis cosas. Me despedí de los actores, quienes se mostraron muy amables y me regalaron una pelota luminosa que utilizaban en la obra y de la que me dijeron el nombre que ahora no recuerdo. Me despedí de todos, mientras ensayaban por última vez. A las 8 salí del teatro con Marek rumbo a Kraków (Cracovia).



A las 10.30 llegamos a Kraków y dejamos las cosas en un locker, fuimos a recorrer la ciudad de noche, ahora nevada a diferencia de la primera vez que fui con Ewa, hacia ya dos semanas. Caminamos un buen rato por las afueras del castillo y junto al río. Me empezaba a sentir melancólico. Acabamos en un antro llamado Cocoon, cuando el frío era demasiado intenso... el antro estaba más vacío que nada, pero aún así nos divertimos con la música que resulto ser muy similar a cualquier antro pop/gay hasta las 3 de la mañana que nos corrieron.



Fuimos a buscar hostal por todo el centro de la ciudad, pero todos estaban llenos, hasta las 5 am logramos encontrar uno. Subimos y caímos rendidos hasta las 11 am, bajamos a desayunar y a las 12 ya estábamos fuera otra vez. Fuímos al Wawel (castillo) entramos a la catedral, campanas, fotos, souvenirs y demás... comimos rápidamente en una galería. Y compramos wodka para traérmelo y para celebrar por la noche.




A las 7 pm salió el tren rumbo a Warsaw (Varsovia).

Regresaba a mi primer contacto con Polonia; Varsovia. Había que cerrar el ciclo y dentro de poco tiempo estaría muy lejos de la nieve, de Polonia, de Ewa y los demás del teatro y sobre todo de Marek. Que tenía una cara de tristeza que no debía decir nada y yo tampoco me atrevía a preguntarle que tenía. Además de que le dolía la cabeza y el estomago.

Llegamos a Varsovia a las 10 de la noche. Marcin nos esperaba ahí para llevarnos a su casa. Platicamos hasta altas horas de la noche sobre tantas cosas. Cine, música, teatro, Varsovia, México, Ingleses, Polonia, países europeos, México, cocodrilos, tiburones y todo al ritmo del wodka, cigarros y cena que Marcin nos preparó. Fue una noche harto linda, con Varsovia viéndonos de noche desde la ventana del departamento. Yo estaba feliz, Marek también, Marcin también. Marcin se fue a dormir. Seguimos platicando y después... desperté, no sé en que momento me quede dormido, es la primera vez que no puedo trazar que fue lo que paso. Eran las 7.30 am. Marek ya estaba despierto. Su cara se notaba triste. Varsovia de día se veía amable, melancólica... era hora de decir Adiós.



Desayunamos, y salimos rumbo al aeropuerto en el auto de Marcin. Llegamos, y nos despedimos de Marcin. Marek me acompaño a hacer el check in... No había mucho que decir, por el contrario los silencios decían mejor lo que pensábamos.

(Podría escribir todo lo que cruzaba por mi mente en aquel momento, pero me parece que un post muy largo aburre y que esa sensación de dejar un lugar, o del regreso de un viaje es un lugar común)

Finalmente me despedí de Marek. Había una sensación extraña, como si lo fuese a volver a ver, quizá por eso no me sentía mal y no me puse a llorar como lo hago en esos casos. Ni una vez arriba del avión lloré. Estaba despejado, por lo que pude ver mientras despegábamos como me alejaba de Polonia. No me sentía mal, al contrario, contento... había estado ahí, había conocido gente increíble e interesante, tenía nuevos amigos y todo había salido de maravilla. Estaba listo para lo que seguía... La otra de porque no me sentía mal era porque aún faltaba un poco de aventura más antes de volver a mi camita...

No sé y no me siento con la certeza de que regresaré a Polonia, me despedí casi seguro de que sería la última vez en mi vida que estaría ahí, no puedo asegurar porque, pero esa es la sensación... por el contrario, a Marek sé que lo volveré a ver fuera de Polonia, en algún lugar de este ancho mundo que después de este viaje se empequeñeció notoriamente... En México, probablemente...



2 comentarios:

chus dijo...

Marcin, de Varsovia, este que nombras ¿quien es?
saludos y gracias

Fernandzik dijo...

Se llama Marcin Bikowski, es un director de teatro de títeres... Quizá te resulte conocido, vino a presentar su obra que me parece se llama Baldanders a la ciudad de México el años pasado.

Saludos.

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