7.11.09

&$%"$!@#$#!@ -Disculpe, no hablo reggaeton.

Me acaban de asaltar...

si es que eso fue un asalto... Iba llegando y entrando hacia mi calle, Mr. Gurrus se ofreció a darme un aventón y me dejó en la esquina de mi calle. Iba a entrar apenas, porque esta cerrada y mientras veía como Mr. Gurrus daba vuelta en la esquina, un espécimen con gorra, pantalones grandes y tenis desabrochados (claro todo eso lo pude ver mientras se alejaba) se acercó corriendo hacia mi.

Me agarró de sorpresa con el celular en la mano, viendo alejarse a Mr. Gurrus. Cuando lo vi ya estaba a tres pasos detrás de mí. Cuando vio que lo vi. Dijo algo como...

mmm...
mmm...
mmm...
algo, pues.

Algo inentendible para mí porque obviamente no hablo reggaeton. Supuse que era un asalto, porque me quitó el celular y no el libro que traía en la otra mano. Es de esos momentos en que uno piensa en todo lo de valor que porta en ese momento, en mi caso: El libro, mi pase de la cineteca en el libro, y 200 pesos en la cartera... Cuando me quitó el celular, casi casi se lo dí pensando en que sería una broma muy divertida... Cuando viera que se apaga y se prende, que se cortan las llamadas, que si intentas guardar un número o mandar un mensaje se atora y hay que sacarle la pila para reiniciarlo... Me hubiera encantado ver su cara de desilusión y enojo haciendo sonidos guturales inentendibles en las que cada que termina una frase lo podríamos deducir por el alargamiento de las últimas palabraaas....

No fueron más de 10 segundos lo que duró la experiencia. Al final solo vi como se iba con mi celular en su garra y corriendo, si eso era correr porque su sobrepeso, pantalones largos y zapatos desabrochados hacían que su andar diera más risa que miedo. Subió a un carro blanco que yo no había notado hasta ese momento y se fue... Supongo que la experiencia de encontrarme frente a frente con un espécimen así me dio miedo en el momento porque no se me ocurrió anotar las placas del carro y eso que tardó en arrancar y la calle en la que estaba no era una muy buena para poder salir huyendo.

Cuando entre en mi calle lo único que lamenté fue haber perdido todos mis mensajes de ¡Feliz cumpleaños!, ¡Feliz viaje! y algunos números telefónicos que espero recuperar. (Favor de enviar su número telefónico a mi correo). Una vez en mi casa, decidí poner esta experiencia dentro de mis graciosos asaltos que instantáneamente se convierten en una experiencia humorística que atemorizante... y espero no cambien, si es que pedir que no vuelva a suceder es mucho...

Como sea, esta experiencia me recuerda que tengo pendiente un post de cuando estuve en la cárcel... pero que prefiero dejar para otro momento, en que el humor sea menos risible y que no hice en su momento porque quedé completamente bloqueado. Hoy solo quería compartir mi experiencia extraña, muy coherente con el Noviembre del que escribía ayer.

Y no es que crea que todos los reggaetoneros son del mismo clan que los rateros, seguramente habrá reggaetoneros decentes (tengo fe)... pero ah, que cerquita están. :S


1 comentario:

|) /\ ® |{ ¥ dijo...

Me pregunto si arreglar un celular y luego venderlo generara suficiente ganancia como para arreglar el carro =/

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