Íkaro y Otto

Íkaro se escribe con K de Killer, según él, aunque Otto piensa más bien que es con K de Kabah. Cursi, fresa y harto lindo, y Otto es fan como de Kabah. El Íkaro killer no lo conoce, a lo mejor es demasiado pronto, a lo mejor Otto es tan lindo que no le inspira esa parte. Podría ser la relación perfecta, el asesino en potencia que no puede matar al que ya esta muerto, como Otto.

A Íkaro le gusta volar, no es alguien que camine mucho tiempo, se lo ha dicho a Otto. Sin embargo, sabe que un zombi no vuela, por eso a veces abraza fuerte y pasea a Otto por encimita de los mortales, y otras veces baja y prefiere caminar con él, aunque sigue sin entender porque si Íkaro vuela, cuando se van a ver prefiere llegar caminando, aunque tarda horas en llegar. A Íkaro no le gusta la lluvia, se le mojan las alas y no puede volar. A Otto le gusta caminar bajo la lluvia, mojarse, aunque le de frio. Íkaro en esos casos se pone su chamarra de cuero que le tapa las alas mientras se queja del mal tiempo que hay.

Íkaro se denomina negativo pero positivo, y dice que Otto es un fatalista. Luego reprocha, como quien no quiere, que no le cuenta mucho pero un muerto no tiene memoria, y dicen que tampoco pueden soñar. Otto e Íkaro duermen hasta muy tarde, Otto ha soñado últimamente, con palabras que Íkaro deja caer mientras vuela.

La noche cae, y ha dejado de llover. Íkaro pone música francesa y vuela, vuela alto, Otto se deja caer como un muerto que yaciera en paz. Ve a Íkaro volando alto, sabe que no le pasará nada, pues la luna no quema como el sol, luego Íkaro vuela al ras del suelo, para jugar con el cabello de Otto mientras este suelta un sonidito que suena como un Miew...